Un cuento perdedor...
Agnus Dei
El fin está cerca. El fin está cerca. El fin está cerca. Es un pensamiento constante y repetitivo. Una y otra vez esta presente, tanto lo has repetido que estás seguro que, de un momento a otro, llegará el fin. Lo piensas de nuevo: “El fin está cerca. El fin está cerca.” Te balanceas de izquierda a derecha ansioso, no quieres que llegue el fin. Lo niegas rotundamente, pretendes el olvido pero, como con todas las pretensiones, sabes que no es cierto y que ahí está. Inminente.
Uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete, ocho, nueve… Cuentas antes de que el fin llegue. Se acerca. Está cerca, muy cerca. Más cerca de lo que uno cree. El fin es como la cucaracha, se esconde cuando enciendes la luz y, cuando la apagas, sabes que ahí está. Diez, once, doce, trece, catorce, quince… Sigues con la cuenta pero no sabes hasta donde llegarás si te enfrascas en esa numeración.
El fin está cerca, dieciséis, el fin está cerca, diecisiete, el fin está cerca, dieciocho, el fin está cerca, diecinueve, el fin está cerca, veinte. ¿Esta llegando o llegará? Comienzas a dudar de la espera y del retrasado fin. “Quizá llegué, quizá no”, eso no importa tanto, sigues contando: veintiuno, veintidós, veintitrés, veinticuatro, veinticinco, veintiséis…
¿Y si no llega el fin? ¿Qué caso tiene seguir esperando al fin, sí un buen día, como hoy, llegará? Veintisiete, veintiocho. El fin está cerca, veintinueve, el fin está cerca, treinta. El fin está cerca, treinta y uno, el fin está cerca, treinta y dos, el fin está cerca, treinta y tres, el fin está…
Agnus Dei qui tollis percata mundi dona nobis pacem.
1 comment:
Y si nos la pasamos contando se nos acabará la vida en una espera inútil. Habrá que vivir y disfrutar para olvidar contar. Un beso.
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